Archivo de noviembre 2018

Stabat Mater dolorosa | Estreno mundial

Con gran complacencia comparto con ustedes el hermoso cartel diseñado por Susana Díaz, alusivo al concierto que Camerata Lacunensis, bajo la dirección del maestro Jose Herrero, ofrecerá el próximo miércoles 28 de noviembre en la iglesia Santo Domingo de Guzmán (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife). Entre las piezas a interpretar, se realizará el estreno mundial de mi Stabat Mater dolorosa [2017].

«Durante las protestas acaecidas en el segundo trimestre de 2017, dos artistas venezolanas (Elisabetta Balasso y Laura Morales Balza) se dieron a la tarea de elaborar una puesta en escena con el fin de expresar artísticamente, en diversos lugares públicos, el dolor de las madres y familiares de todos aquellos que, debido a la brutal violencia ejercida por los cuerpos represivos del estado, habían perdido, vilmente asesinados, a sus hijos, esposos y familiares. Para este propósito, ellas utilizaron el antiguo y conocido himno Stabat Mater en una performance que llamaron Dolorosas. Vestidas de luto, mientras una de ellas declamaba los versos del himno, la otra —como en una letanía— iba mencionando el nombre de cada uno de los ciudadanos venezolanos fallecidos durante las protestas.

Inspirado por esta performance, algo en mi interior también comenzó a clamar por expresarse, pero sólo de la manera en que yo lo podía hacer: a través de la música. Fue así como surgió esta obra, que no quiere ser otra cosa que mi voz gritando ante los lamentables sucesos acaecidos en esos terribles e intensos meses.

La obra está compuesta de un tema original y siete variaciones, basadas en una selección de ocho estrofas del Stabat Mater, que reflejan fielmente el dolor de la madre ante la pérdida irreparable de su hijo. Un dolor plural, que habita cientos de enlutados hogares en mi país.»

[Próximamente disponible en jwpepper.com y en sheetmusicplus.com]

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With great pleasure I share with you the beautiful poster designed by Susana Díaz, allusive to the concert that Camerata Lacunensis, under the direction of maestro Jose Herrero, will offer next Wednesday November 28 at the Santo Domingo de Guzmán church (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife). Among the pieces to be performed, the world premiere of my Stabat Mater dolorosa [2017] will take place.

«During the protests that took place in the second quarter of 2017, two Venezuelan artists (Elisabetta Balasso and Laura Morales Balza) undertook the task of developing a staging in order to express artistically, in various public places, the pain of mothers and relatives of all those who, due to the brutal violence exerted by the repressive bodies of the state, had lost, viciously murdered, their children, husbands and relatives. For this purpose, they used the old and well-known hymn Stabat Mater in a performance they called Dolorosas. Dressed in mourning, while one of them recited the verses of the hymn, the other -as in a litany- mentioned the name of each of the Venezuelan citizens who died during the protests.
Inspired by this performance, something inside me also began to cry out for expression, but only in the way that I could do it: through music. This is how this work came about, which does not want to be anything other than my voice screaming at the lamentable events that occurred in those terrible and intense months.
The work is composed of an original theme and seven variations, based on a selection of eight stanzas of the Stabat Mater, which faithfully reflect the mother’s pain at the irreparable loss of her son. A plural pain that lives hundreds of mourning homes in my country.»

[Soon available on jwpepper.com and sheetmusicplus.com]

 

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Musicarrillo Ediciones 5

Queridos amigos de la música coral:

Dear friends of choral music:

Con gran satisfacción les anuncio que ya están disponibles las siguientes obras y arreglos publicados por Musicarrillo Ediciones a través de JWPepper.comSheetMusicPlus.com y Earthsongs:

With great pleasure I announce that the following works and arrangements published by Musicarrillo Ediciones are available through JWPepper.comSheetMusicPlus.com y Earthsongs:

OBRAS ORIGINALES [ORIGINAL WORKS]

Monte Ávila [SATB div., a capella, 2017]

De los cielos y del mar [SATB div., a capella, 2016]

Partamos a Belén [SATB div., a capella, 2015]

La llegada de los Reyes [SATB div., a capella, 2014]

Hodie Christus natus est [SATB, a capella, 2018]

Videntes stellam Magi [SSAA, a capella, 2018]

ARREGLOS [ARRANGEMENTS]

A ti te cantamos – Ricardo Pérez [SATB div., a capella, 1996/Rev. 2018]

Purísima – Rafael Isaza [SATB div., a capella, 1990/Rev. 2018]

Pie Jesu – Gabriel Fauré [SATB div., a capella, 1984/Rev. 2018]

Ave Maria – Franz Schubert [SATB div., a capella, 1990/Rev. 2017]

Swing low, sweet chariot – Traditional spiritual [SATB, a capella, 1985/Rev. 2018]

Para mayor información, haz clic en aquí.

For more information, click on here..

Qué es interpretar (Consideraciones muy personales)

Del Diccionario de la música (Editorial Iberia, 1976):

Interpretación

Ejecución de una obra musical. Este vocablo expresa particularmente el papel asumido por un cantante, un instrumentista o un director de orquesta que se proponen dar a conocer una obra por la audición y que se hallan en cierto modo encargados de traducirla o explicarla, cuando dan realidad sonora al pensamiento del compositor.

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Del Diccionario de la Música y los Músicos (Mariano Pérez, Itsmo, 1985)

Interpretación

Ejecución de una obra musical no sólo en cuanto a su materialidad formal, sino también en cuanto a la observancia de todas las pautas que contribuyen a dar realidad sonora al pensamiento y espíritu del autor.

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Con frecuencia asistimos a conciertos donde tenemos la oportunidad de escuchar obras del repertorio coral universal y nacional y, en ocasiones, música original de quien escribe. Y, ahora que contamos con las redes sociales también, con mucha más frecuencia, escuchamos a través de YouTube rendiciones de música coral. Algunas, un tanto felices; otras, tristemente poco. No vamos a hacer un catálogo de cuáles obras y cuántas veces. No es esta la intención de este artículo.

Lo que sí me preocupa es qué entendemos por interpretar. Siempre insisto con mis alumnos de dirección sobre este asunto. Qué es interpretar. Qué es un intérprete. A quién interpretamos. Para quién interpretamos. A quién debemos servir cuando dirigimos. Incluso, cuál instancia como intérpretes debemos asumir cuando dirigimos. Luego de entender estas cuestiones podemos entonces considerar el dónde, el cuándo y, sobre todo, el cómo.

Un gran porcentaje del repertorio coral ha sido compuesto sobre la base de un texto. El porcentaje de obras sin texto es muy inferior por lo que podríamos llamarlas música pura, salvo en aquellos casos en que el título sugiere un carácter, una emoción subyacente en la música, por ejemplo, Elegía, Romance, Plegaria, etc. Esta distinción es importante porque la psicología y el carácter de las obras que contienen un texto son muy subjetivos. Es el texto lo que genera y potencia el pensamiento y las ideas musicales del compositor, convirtiéndolo en intérprete en primera instancia del texto y de su autor. Es el compositor quien nos brinda su interpretación del texto a través de su música, traduciendo en imágenes sonoras aquello que el autor le ha inspirado.

Por tal razón, lo primero que debemos hacer al encarar una obra es leer y comprender muy bien el texto, leerlo en voz alta, declamarlo, buscar la esencia interpretativa del poeta, apreciarlo en su forma esencial intentando hallar las imágenes poéticas que contiene. Una lectura literal y simple no es suficiente. Luego, es muy importante compartir la lectura y su declamación con el coro, de tal modo que éste pueda apreciarlo y aprehenderlo en su forma esencial, como lo que es, un texto con imágenes poéticas que pueden despertar afectos, sensaciones, emociones y sentimientos. Al compartir su lectura con el coro, muy probablemente surjan imágenes, ideas y visiones que no habíamos apreciado en nuestra propia lectura. De allí el carácter movilizador y subjetivo que puede tener un texto poético. O de cualquier naturaleza.

Luego de comprenderlo muy bien, debemos estudiar y analizar concienzudamente cómo el compositor ha interpretado ese texto a través de sus ideas e imágenes musicales, qué énfasis melódico o rítmico hace con algunas palabras, qué tipo de armonía utiliza para reflejar diferentes estados de ánimo, lo que también implica observar muy bien todos los aspectos formales de la obra: indicaciones de expresión, de dinámica, de fraseo, de articulación, de tempi, etc., los cuales forman parte del discurso del compositor, de su pensamiento en función del texto que ha musicalizado. Además, hay que sumar a todo esto los rasgos estilísticos, el período histórico, la sonoridad del idioma, su procedencia geográfica, si el género de la obra es sacro, profano, popular, etc.

De todo esto se infiere que nosotros, como directores, seamos intérpretes en segunda instancia de la dupla autor-compositor.

Cuando obviamos todos estos aspectos incurrimos en una grave falta con el autor y con el compositor, haciéndoles un muy flaco favor. Desafortunadamente, esto ocurre con mucha frecuencia en nuestro medio, cuando el director asume que la ejecución antojadiza y caprichosa de la obra que nos está brindando es su interpretación. Es un síntoma ingenuo e infantil oír decir a un director: “Es que esa es mi versión, mi interpretación”. Habría que preguntarse, ¿Y cuál será la “versión” del compositor?

Damos por entendido, que estamos hablando de obras que en su conjunción texto-música, constituyen un matrimonio feliz. Aunque también se da el caso de malas interpretaciones a nivel compositivo: un poema luctuoso o triste con una música alegre y jubilosa. O lo contrario, un texto exultante, optimista y eufórico con una música trágica o dramática. Estos infelices casos constituyen un divorcio en toda regla.

Me permito abrir un paréntesis para tomar como ejemplo (la lista podría ser interminable) una obra mía, Oiga, compae (1996) que me ha dado un sinfín de satisfacciones, no sólo como compositor sino también como director. Mi intención fue hacer una obra que se sumara, y le hiciera honor, a otra ya existente, El santiguao [1976], de Federico Ruiz, estructurada en forma de preludio y fuga. Una obra que pudiera convertirse en un verdadero tour de force para cualquier coro que se precie de tal. Una prueba de fuego, como lo es El santiguao. Muchos coros, sobre todo venezolanos, han obtenido triunfos en competencias nacionales e internacionales al incluir alguna de estas dos obras en su repertorio de concurso. Oiga, compae está compuesta sobre un tema del compositor popular Manuel Briceño, Dolor llanero, que ciertamente tiene un aire de joropo, el cual es un género de tempo rápido.

Dicho esto, quisiera detenerme en su segunda parte, la fuga. Gran parte de las rendiciones que he podido apreciar en vivo o a través de Internet, la toman a un tempo demasiado rápido, convirtiéndola en un joropo, obviando que esta segunda parte es esencialmente eso, una fuga. Tan sólo lo que he hecho es tomar prestado el tema de Manuel Briceño como pretexto para hacer un preludio y fuga, no un preludio y joropo. Pareciera que mientras más rápida sea la fuga (¿o el joropo?) ¡más “virtuosa” será la “versión”! Es lamentable que aún haya gente que cree que mi obra es un arreglo de Dolor llanero. ¡Pero es que nadie “arregla” una fuga! Bach, por ejemplo, no “arregló” fugas. Las compuso sobre temas propios o prestados. Otro ejemplo: Arroz con leche (muy “golpeada” también), de Carlos Guastavino, no es un arreglo. ¡Es una fuga con todas las de la ley!

Tomar la fuga a la velocidad que está indicada en la partitura ya constituye un ejercicio de virtuosismo en sí mismo, dado lo intrincado de su naturaleza contrapuntística. Pero también su ritmo armónico (la frecuencia menor o mayor con la que los acordes cambian) es extremadamente veloz y, al tomarla a un tempo muy rápido, la secuencia de acordes se vuelve ininteligible. Debido a esta errónea interpretación formal, muchos coros fallan al hacer la fuga, perdiendo sincronía entre las voces, convirtiéndola en un deplorable galimatías sonoro. Pero eso forma parte del síntoma ingenuo e infantil al que me referí anteriormente. Cierro paréntesis.

Luego de todo lo expuesto, no existe para mí más que una sola interpretación: la del compositor. Porque en la partitura está todo lo que éste quiso decir; sólo hay que saber des-entrañarlo. Nuestra tarea, como directores e intérpretes, es servir a esa interpretación, favorecerla a través de una correcta ejecución resolviendo, en primer lugar, los problemas musicales inherentes a la obra, sean vocales, de afinación, de pronunciación, armónicos y rítmicos, y por supuesto, de expresión. Somos, en el buen sentido de la palabra, como un médium que interactúa entre la dupla autor-compositor y el oyente. Estamos al servicio de ambos, como un intermediario, como un traductor que debe interpretar, lo más fielmente posible, de uno a otro idioma. Debemos dirigir para servir a esa dupla y no utilizar la obra para servirnos a nosotros mismos, tergiversándola a nuestro antojo o capricho. En síntesis, nuestra tarea es transmitir, llevar el mensaje de un autor y de un compositor contenido en una obra cualquiera. No podemos convertirnos en compositores a la hora de dirigir, cambiando a diestra y siniestra aquello que ya está definido en una obra. Dirigir no puede ni debe convertirse en un acto narcisista. Por supuesto, nada nos impedirá modificar, ligeramente, algunas indicaciones puestas por el compositor, dadas las condiciones acústicas que pueda tener el lugar donde se lleve a cabo la ejecución de un programa de concierto.

Tomando como imagen dos profesiones distintas a la nuestra: el compositor es el arquitecto; el director, el ingeniero. No lo contrario.

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A continuación, algunas acepciones útiles:

Del Diccionario de la Real Academia Española:

Interpretar (del lat. Interpretāri)

Explicar o declarar el sentido de algo, y principalmente el de un texto. Traducir algo de una lengua a otra, sobre todo cuando se hace oralmente. Explicar acciones, dichos o sucesos que pueden ser entendidos de diferentes modos.

Intérprete (del lat. interpres, -ĕtis)

Persona que interpreta. Persona que explica a otras, en lengua que entienden, lo dicho en otra que les es desconocida. Cosa que sirve para dar a conocer los afectos y movimientos del alma.

 

Del Nuevo diccionario etimológico Latín-Español (Universidad de Deusto, 2003):

Intérprete (del lat. interpres, -ĕtis)

Agente entre dos partes, intermediario, mediador. Traductor [de una lengua a otra]

Intérprete [intermediario entre dos personas de distinta lengua]

Médium

Intermedio entre dos extremos. Intermediario, mediador. Médium (en espiritismo)


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