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Bitácora incompleta del rock progresivo para principiantes [Postludio]

Días de futuro pasado

[De cómo me enamoré del rock progresivo]

El Domingo de Gloria de 1968 regresábamos de pasar la Semana Santa en la playa. Nuestra numerosa familia de tíos y primos venía en varios vehículos. Mi hermano Carlos y yo, en el carro de unos primos algo mayores que nosotros. De pronto, en una curva, un vehículo que venía de frente comenzó a adelantar a un camión y nos robó la derecha, lo que nos forzó a salir de la carretera. El resto de la historia se la pueden imaginar: nuestro carro volcó y descendió por una cuesta dando varias volteretas, hasta que un árbol lo detuvo. Saldo final: un vehículo menos, aporreos generalizados para mi hermano y mis primos, y una fractura del fémur derecho para mí. Esa misma noche fui hospitalizado en lo que para entonces era el modelo de un gran hospital público: el Ana Francisca Pérez de León, ubicado en la avenida Francisco de Miranda, en Petare. Allí pasé los dos siguientes meses de mi infantil existencia en posición horizontal.

                Durante mi estancia leí algunos libros, hice amistad con el personal médico y de enfermería, y me dediqué, sobre todas las cosas, a una de mis primeras y más queridas aficiones: dibujar. Pero también eran muchas las horas, acostado y sin hacer nada, por lo que le pedí a mi madre que me comprara una radio para escuchar música. Fue así como me aficioné a sintonizar algunas emisoras que radiaban programas de música pop por la tarde, particularmente Radio Caracas Radio y luego, la naciente y novedosa Radio Capital. Pero una noche ocurrió que, presa del insomnio y sin poder conciliar el sueño, con todas las luces apagadas y como quien comete una fechoría, decidí encender mi radio a muy bajo volumen para escuchar qué estaban radiando en ese momento. ¡Cuál no sería mi sorpresa al descubrir que a esas horas el mundo musical se volteaba como cuando uno voltea un pantalón del revés! A esa hora se podía escuchar toda la música que, por razones estrictamente comerciales, no se radiaba durante el día ni por equivocación. Fue así como descubrí un territorio musical nuevo y desconocido para mis entonces once años de edad, el cual consistía, fundamentalmente, de un inexplorado universo de blues y de rock. Desde esa noche en adelante, y sin nadie que me dijera a qué hora tenía que dormir ni a qué hora tenía que apagar la radio, no paré de escuchar la programación nocturna.

                Ya fuera de mi convalecencia y finalizando la década de los sesenta, mi conciencia musical se empezó a enriquecer, a ensanchar y a exigir un poco más de elaboración del material que escuchaba. Fue así como, más allá de The Beatles, The Rolling Stones y The Beach Boys, comencé a descubrir bandas un poco más jóvenes: Crosby, Stills and Nash; Blood, Sweat and Tears; Deep Purple, Black Sabbath, Traffic, Pink Floyd, Cream y Led Zeppelin, entre muchas otras. Pero también descubrí otras como Yes, Genesis, King Crimson y Gentle Giant, todas bandas británicas. Más tarde, en 1972, y ya total y completamente intoxicado con aquella música, descubrí, sin proponérmelo, a Premiata Forneria Marconi (PFM), una de las agrupaciones más emblemáticas del escenario musical italiano, y que se convertiría por siempre en mi banda preferida de rock progresivo. Ese día fui a una de mis discotiendas favoritas, Mr. Moustache, situada en la planta baja del Centro Comercial Los Ruices, lugar donde también, por cierto, queda Radio Capital. El joven que atendía la tienda me sugirió que escuchara un disco que recién acababa de llegar: Per un amico, de PFM. Ese día, ese disco partió mi vida y mi conciencia musical en dos mitades: antes y después.

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PFM5

Premiata Forneria Marconi en la actualidad

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                Aún recuerdo cómo los amigos con los cuales me reunía para escuchar discos, me miraban como bicho raro por la música que ahora me gustaba. Algunos de ellos me abandonaron. Otros siguieron siendo fieles a las sorpresas que les deparaba la aguja de mi tocadiscos. Más tarde irrumpirían en mi vida, con la misma intensidad, Bach, la salsa, el jazz y la música coral. Pero esa es otra historia.

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                Mr. Moustache hace mucho tiempo que desapareció, amén de otros espacios importantes para el melómano de entonces como Musical Serrana y Discos Miranda, en Chacao, y Don Disco, en la avenida Urdaneta. Lo que aún no ha desparecido, ni creo que lo hará, es mi afición por el rock progresivo y por Premiata Forneria Marconi, mi banda favorita, por siempre.

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Bitácora incompleta del rock progresivo para principiantes (y II)

Decadencia y renacimiento

[De cómo el cisne comenzó a cantar su última canción]

El punto más alto que logró alcanzar la popularidad de las bandas de rock progresivo sería a mediados de los años setenta, cuando con frecuencia lideraban las encuestas de las principales revistas de música popular de Gran Bretaña y Estados Unidos. La decadencia del rock progresivo comenzaría con su propio agotamiento a nivel creativo y una estética cada vez más exagerada y pretenciosa, la aparición del Punk, la música Disco, y el resurgimiento de los tres acordes básicos del rock. A esto se suma el hecho de que las nuevas audiencias de la segunda mitad de los setenta estaban más interesadas en pasar un buen rato al ritmo de un rock más simple y agresivo, y ya no tenían la paciencia para escuchar una pieza de gran longitud y con textos de realidades fantásticas, descartando al rock progresivo por elaborado y presuntuoso.

                Ante esta nueva realidad, aquellas bandas gigantes que habían logrado sobrevivir a la crisis energética de la primera mitad de los setenta, tenían ahora ante sí el reto de sobrevivir como músicos. King Crimson y Emerson, Lake & Palmer, comenzaron a tomar recesos indefinidos y a realizar reuniones esporádicas, supeditadas a los compromisos artísticos de sus integrantes. Del mismo modo, a cada una de estas bandas les tocó sufrir cambios en sus filas; es así como, en su debido momento, Peter Gabriel abandona Genesis para seguir una provechosa y larga carrera como solista. Genesis continuaría con Phil Collins como vocalista al frente de la banda sin por ello desmejorar su éxito.

                La década de los ochenta sería testigo de un renacer del género. Bandas como Marillion, UK, Twelfth Night, IQ, Pendragon, Quasar y Pallas pasaron a conformar lo que se dio en llamar Rock Neoprogresivo o Neo-Prog, un movimiento que creció bajo el influjo del rock progresivo de los setenta, con bandas como Genesis, Yes y Camel entre sus modelos, incorporando elementos del New Wave y del rock de los ochenta. Bandas como King Crimson reaparecerían incorporando también un sonido más New Wave, haciendo su música más digerible, comercialmente hablando. Los ochenta también verían el surgimiento del primer supergrupo de rock progresivo, Asia, conformado por estrellas provenientes de grandes bandas: John Wetton (Roxy Music, King Crimson), Steve Howe (Yes), Geoff Downes (Yes, Buggles) y Carl Palmer (Emerson, Lake & Palmer), pero con una orientación francamente comercial. Bandas como Genesis y Yes, otrora grandes gurús del rock progresivo, redefinieron sus esquemas y comenzaron a producir canciones, sctricto sensu, de tres y cuatro minutos de duración. Tal es el caso de Yes, que llegó a colocar el sencillo «Owner of a Lonely Heart» en el número uno de las listas estadounidenses.

                El rock progresivo vivió otro resurgimiento durante la década de los noventa, el cual llega hasta nuestros días, esta vez bajo las banderas del metal progresivo, liderado por bandas como Porcupine Tree, de Inglaterra; un nutrido grupo de bandas estadounidenses como Dream Theater, Spock’s Beard, Echolyn, Proto-Kaw y Glass Hammer; The Flower Kings, de Suecia, y White Willow, de Noruega. Rush, Yes y Van der Graaf Generator, bandas pioneras del género durante los setenta aún permanecen tocando. Por su parte, bandas como King Crimson, Genesis y Camel, cuando logran que sus agendas particulares coincidan, también retornan a los escenarios.

                Finalmente, a pesar de sus avances y retrocesos, idas y venidas, encarnaciones y reencarnaciones, el rock progresivo, el rock arte, sigue vivo y por sus fueros. Aún nos falta por conocer innumerables bandas que están haciendo su trabajo calladamente, porque no han tenido la fortuna (o el infortunio, depende de cómo se vea) de acceder al mundo del disco y, por ende, al mundo comercial, lo cual no siempre garantiza continuidad y firmeza en el mantenimiento de los postulados musicales, artísticos y estéticos. Por lo pronto, Porcupine Tree me ha hecho revivir una sensación que no experimentaba desde mi adolescencia, cuando era fanático acérrimo de Yes, Genesis, King Crimson y Gentle Giant, pero sobre todo, de Premiata Forneria Marconi. ¿Qué sorpresas nos depararán las primeras décadas del siglo XXI?

Los Caballeros de la Mesa Redonda

[Donde se pasa revista a los ungidos del rey]

Para finalizar, me atrevo a proponer una selección para todos aquellos que se quieran iniciar en este fantástico género, no sin antes advertir que inevitablemente será un ejercicio odioso porque, siempre quedará algo por fuera y siempre privará el insoslayable gusto personal de quien hace la selección. Por lo tanto, no debe ser tomada como una lista canónica del género. Dicha esta advertencia, la siguiente es una lista muy, pero muy básica y en orden alfabético de bandas y discos de rock progresivo de los setenta.

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Banco del mutuo soccorso (Italia): Francesco Di Giacomo, voz; Vittorio Nocenzi, teclados; Gianni Nocenzi, teclados; Marcello Todaro, guitarra; Renato D’Angelo, bajo; Pierluigi Calderoni, batería

Una de las bandas líderes del rock progresivo italiano, junto a Premiata Forneria Marconi y Le Orme. La compleja textura provista por el piano, el órgano Hammond y los sintetizadores, más la originalidad vocal de Di Giacomo, hicieron del sonido de la banda innovador y original.

Banco del mutuo soccorso (1972)

Darwin! (1972)

Io sono nato libero (1973)

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Camel (Inglaterra, 1971): Andrew Latimer, guitarra, flauta, voz; Peter Bardens, teclados, voz; Doug Ferguson, bajo, voz; Andrew Ward, batería

Una de las más innovadoras bandas salidas de la escena de Canterbury.

Mirage (1974)

Moonmadness (1976)

Nude (1981)

Pressure Points – Live in Concert (1984)

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Emerson, Lake and Palmer (Inglaterra, 1970): Keith Emerson, teclados; Greg Lake, bajo, voz, guitarra; Carl Palmer, batería

Una de las pocas bandas del rock progresivo constituidas por tan sólo tres miembros, pero a su vez, una de las más influyentes en toda la historia del género. De la mano de su líder Keith Emerson, llevaron la escena del rock a un gigantismo nunca antes visto.

Emerson, Lake & Palmer (1971)

Tarkus (1971)

Pictures at an Exhibition (1971)

Trilogy (1972)

Brain Salad Surgery (1973)

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Focus (Holanda, 1969): Thijs Van Leer, voz, teclados, flauta; Jan Akkerman, guitarra; Bert Ruiter, bajo; Pierre Van Der Linden, batería

Focus es, sin duda, la banda de rock holandesa más conocida de la historia. Su fortaleza residía en las espectaculares muestras de virtuosismo de Van Leer y Akkerman, amén de un talento especial para mezclar con destreza elementos del rock y de la música académica.

In and out of Focus (1970)

Moving Waves (1971)

Focus III (1972)

Live at The Rainbow (1973)

Hamburger Concerto (1974)

4 focus

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Genesis (Inglaterra, 1967): Peter Gabriel, voz, flauta; Mike Rutherford, bajo, guitarra, voz; Tony Banks, teclados, voz, guitarra; Steve Hackett, guitarra; Phil Collins, batería, voz

Genesis mostró una línea consistente de calidad e innovación mientras Peter Gabriel se mantuvo en la banda, produciendo hermosísimas obras maestras. Con la salida de Gabriel, Collins asume el liderazgo vocal y Genesis se orienta definitivamente hacia el campo comercial.

Trespass (1970)

Nursery Cryme (1971)

Foxtrot (1972)

Live (1973)

Selling England by the Pound (1973)

The Lamb Lies Down on Broadway (1974)

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Gente Giant (Inglaterra, 1969): Phil Shulman, saxo, trompeta, voz; Derek Shulman, voz, bajo, guitarra; Ray Shulman, bajo, violín, guitarra; Gary Green, guitarra; Kerry Minnear, teclados, bajo, voz; Martin Smith, batería

Gentle Giant, con su incomparable musicalidad, pudo ir mucho más allá de donde ninguna banda había llegado antes, incorporando toda suerte de elementos tomados de la música de vanguardia, de la música de cámara, la música medieval, del jazz y del folk, gracias a la capacidad multi-instrumental de sus integrantes, lo cual les permitía imprimirle un gran dinamismo a su música.

Gente Giant (1970)

Acquiring the Taste (1971)

Three Friends (1972)

Free Hand (1972),

In a Glass House (1973)

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King Crimson (Inglaterra, 1969): Robert Fripp, guitarra, teclados; Greg Lake, bajo, voz; Mike Giles, batería; Ian McDonald, teclados, vientos

Banda de múltiples encarnaciones y de un gran poder influyente, irrumpió en la escena musical con su soberbio y legendario álbum In the Court of the Crimson King, una de las piedras angulares del rock progresivo mundial y considerado por muchos como el primer álbum del género. King Crimson ha sido una de las bandas más camaleónicas de la historia del rock, viendo pasar por sus filas infinidad de músicos, siempre liderados por Fripp, único miembro sobreviviente de la formación original.

In the Court of the Crimson King (1969)

In the Wake of Poseidon (1970)

Lizard (1970)

Islands (1971)

Larks’ Tongues in Aspic (1973)

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Premiata Forneria Marconi (Italia, 1970): Franco Mussida, guitarra, voz; Flavio Premoli, teclados; Mauro Pagani, violín, flauta, voz; Franz Di Cioccio, batería; Giorgio Piazza, bajo. Más tarde, Piazza será sustituido por Patrick Djivas, bajo

Pionero de los grupos de rock progresivo italiano, PFM desarrolló un estilo auténtico sin perder los vínculos con los valores propios del rock progresivo. Su música y su sonido, son siempre de una gran riqueza melódica y de un preciosismo instrumental.

Storia di un minuto (1972)

Per un amico (1972)

L’isola di niente (1974)

Live in USA (1974)

Chocolate Kings (1975)

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Rick Wakeman (Inglaterra)

Rick Wakeman, integrante de Yes en algunos trechos importantes de la banda, es uno de los más conocidos músicos del rock progresivo y uno de los pioneros en el uso de los teclados electrónicos en el universo rockero.

The Six Wives of Henry VIII (1973)

Journey to the Centre of The Earth (1974)

The Myths and Legends of King Arthur and the Knights of the Round Table (1975)

No Earthly Connection (1976)

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Yes (Inglaterra, 1968): Jon Anderson, voz; Chris Squire, bajo, voz; Peter Banks, guitarra, voz; Tony Kaye, teclados; Bill Brudford, batería. Más tarde Banks y Kaye serían sustituidos por Steve Howe, guitarra, y por Rick Wakeman, teclados

Desde comienzos de los años setenta, Yes ha sido uno de las bandas más influyentes de la escena progresiva sobre todo por el uso de los sintetizadores y de los efectos sonoros. La aguda visión artística de sus integrantes los llevó a producir verdaderas obras maestros del rock.

Yes (1969)

Time and a Word (1970)

The Yes Album (1970)

Fragile (1972)

Close to the Edge (1972)

Tales from Topographic Oceans (1973)

Yessongs [Live] (1973/78)

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Bitácora incompleta del rock progresivo para principiantes (I)

[Este artículo apareció en la revista Debates IESA, Volumen XVIII, Número 1, enero-marzo de 2013, en una versión editada.]

 

Para mi hijo Simón Odoardo

 

Historia de un minuto

Música siempre sobria, música no bailable, música no política, ni siquiera de rebelión ni de transgresión, el rock progresivo fue más bien un período de transición entre dos grandes momentos históricos para la música popular: el impacto político del 68 y el impacto social que produjo el Punk. Su época dorada finaliza a mediados de los setenta, y el comienzo de su decadencia coincide con el ascenso del Punk, del Disco y el resurgimiento de los tres famosos acordes básicos del Rock & Roll.

 

En la corte del rey Carmesí

[Donde se da debida cuenta de los orígenes]

Uno de los períodos más ricos y fructíferos de la música popular y del género del rock en particular, ocurrió entre finales de la década de los sesenta y la primera mitad de los setenta, en virtud de la fragmentación que experimentó el género en diversos y variados estilos, principalmente, hard rock, heavy metal, jazz rock, rock latino y rock progresivo. Tres factores importantes, entre otros, influyeron en la búsqueda de nuevos horizontes. El primero de ellos fue la aparición de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de los Beatles, un álbum que llevaría a muchos grupos a revisar su estética musical y desempeñaría un papel determinante en el inicio del declive del pop, en 1968. El segundo, el arribo de nuevas tecnologías como la aparición del mellotrón y del sintetizador (o Moog), desplazando a la guitarra eléctrica como el instrumento insignia del rock y multiplicando las posibilidades sonoras, ya que podían reproducir cualquier sonido y además podían ser programados para sonar como varios instrumentos.  Finalmente, la aparición de los llamados álbumes conceptuales, como el ya mencionado Sgt. Pepper’s y Pet Sounds de los Beach Boys, que también influirían poderosamente en la evolución sonora y en la longitud de las canciones contenidas en un álbum.

El rock progresivo ha sido relegado, con mucha frecuencia,  a unos muy breves párrafos en la mayoría de las historias acercas del rock, y considerado como un síntoma de los excesos de los sesenta en lugar de un género que merece un examen más profundo. Algunos estudiosos lo definen como una “música clásica alternativa” o avant-garde popular. Hablar de rock progresivo como género no es tan fácil debido a la complejidad y diversidad de estilos que componen tan vasto territorio. Su eclecticismo lo hace mucho más difícil de etiquetar, a diferencia de otros estilos de constitución más homogénea, como el reggae o el country-rock.

En general, se dio en llamar rock progresivo a una simbiosis entre formas clásicas, poesías fuera de lo común y el lenguaje sónico propio del rock, de donde surgió toda una pléyade de bandas dedicadas a expandir los límites tanto melódicos y armónicos, como rítmicos y tímbricos del género, incorporando con frecuencia elementos de la música académica, del jazz, del folk y otros estilos musicales. De allí que también se le denominara art-rock, rock sinfónico o rock clásico. Personalmente, pienso que es una percepción incorrecta cierta definición que pretende que el rock progresivo sea el intento de mezclar música clásica con rock, lo cual no termina siendo ni lo uno ni lo otro, como tampoco se puede catalogar como rock progresivo el contraste, en una grabación o en vivo, de una banda de rock con una orquesta sinfónica. Es mucho más que esa simple receta.

El rock progresivo fue un fenómeno musical esencialmente europeo, consecuencia de un proceso de expansión del llamado rock psicodélico de finales de los años sesenta, y la búsqueda de nuevos horizontes sonoros más allá de la secuencia armónica tónica-dominante-subdominante, la estructura basada en estrofa y estribillo, y la longitud de tres minutos propia de los discos de 45rpm. Sus elementos fundamentales son tres: (1) la suite, una pieza de extensa longitud con varios movimientos unidos entre sí; (2) el uso de los teclados en detrimento de la guitarra y la convivencia, en el mismo escenario, de instrumentos acústicos y eléctricos; y (3) textos de difícil digestión y comprensión, muchas veces de inspiración literaria, a veces de reflexión filosófica o en alusión a mundos fantásticos.

En cuanto a sus aspectos formales, la suite fue el primer elemento estilístico de importancia innovadora, la revolución que rompió con los sacrosantos límites del 45rpm y llevó a la composición de piezas cuya longitud podía ocupar la cara de un LP e incluso, ambas. Excepcionalmente, el discurso podía abarcar hasta cuatro caras, como es el caso de Tales from Topographic Oceans (1973), de la banda británica Yes.

En lo relativo al aspecto instrumental, el rock progresivo dispuso de toda una gama de teclados directamente evolucionados del legendario órgano Hammond, principalmente el mellotrón, y más tarde el sintetizador. Uno de sus rasgos más importantes fue el espacio concedido a la improvisación y al virtuosismo, aspectos más cercanos al jazz, que demandaban una mayor formación de los ejecutantes a nivel instrumental. Dos de sus mejores exponentes fueron Keith Emerson y Rick Wakeman, tecladistas que hicieron gala de sus dotes como integrantes de Emerson, Lake and Palmer y Yes, respectivamente, al igual que en sus trabajos como solistas. También se incorporó al arsenal cualquier instrumento que cada ejecutante pudiera tocar. Gentle Giant, otra banda británica, podía acumular en escena más de veinte instrumentos diferentes.

En cuanto al texto, éste podía abordar temas históricos, evangélicos, metafísicos, filosóficos o mitológicos, siempre alejándose de la hasta entonces recurrente temática del rock. Dos de sus principales bardos fueron los ingleses Peter Sindfield, quien escribiría la mayoría de los textos de los primeros trabajos de King Crimson y Peter Hammill, líder de Van der Graaf Generator. En muchos casos, un texto funcionaba como denominador común a todos los temas del álbum, razón por la cual muchos de estos discos fueron llamados «álbumes conceptuales». Dos importantes muestras de álbumes conceptuales, sin que por ello deban considerarse ejemplos de rock progresivo, las podemos hallar en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de los Beatles, Days of Future Passed, de Moody Blues, ambos de 1967, en los cuales un discurso literario corre como hilo conductor a través de todas las canciones. Otro álbum conceptual importante, y cuyo texto ocupa toda la extensión de ambas caras, es Thick as a Brick (1972), de Jethro Tull.

 

De Génesis a Revelaciones

[Donde se narra cómo empezó a forjarse y a expandirse todo]

Algunos expertos citan Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band como «punto de partida» del rock progresivo, si bien ya en álbumes anteriores, como Rubber Soul (1965) y Revolver (1966) los Beatles habían comenzado a incorporar elementos de música oriental e instrumentos poco comunes en el rock. Además, mucha música académica inspiró a su vez a otros compositores. Bajo el influjo de Maurice Ravel, Jeff Beck grabó su sencillo «Beck’s Bolero» (1967), y ese mismo año, Procol Harum grabó el sencillo «A Whiter Shade of Pale» influido notablemente por el segundo movimiento de la Suite Orquestal No. 3 en Re mayor de Johann Sebastian Bach; Moody Blues lanzó Days of Future Passed, el cual conjugó la estructura de canciones con la música orquestal y la instrumentación propia del rock; y la canción «Interstellar Overdrive» del primer álbum de Pink Floyd, The Piper at the Gates of Dawn (1967), hace gala de casi diez minutos de improvisación instrumental.

A finales de la década de los sesenta, numerosas bandas de rock comenzaron a experimentar con improvisaciones y composiciones más largas y a incorporar instrumentos convencionales de la orquesta sinfónica y de la música oriental. Algunas de estas bandas, como Soft Machine, comenzaron a hacer experimentos mezclando rock y jazz. Deep Purple y Nice, grabaron álbumes con orquestas sinfónicas: Concerto for Group and Orchestra y Five Bridges, respectivamente. Atom Heart Mother (1970) de Pink Floyd, también es una buena muestra de la mezcla de una banda de rock con orquesta y coros.

Gran parte de las primeras bandas del género provenían del Reino Unido y se conformaron a finales de los años sesenta: Genesis (1967), Nice (1967), Van der Graaf Generator (1967), Yes (1968), Caravan (1968), King Crimson (1969) y Gentle Giant (1969). Pero el género también fue creciendo y ganando popularidad en la Europa continental. En Alemania tuvo importantes representantes: Triumvirat, Tangerine Dream, Faust, Can y Neu. En Italia se formó también un importante grupo de bandas lideradas por Premiata Forneria Marconi, Banco del mutuo soccorso y Le Orme. Otras bandas italianas sobresalientes fueron New Trolls y Area. El escenario del rock holandés también tuvo destacadas bandas, siendo las más importantes Focus, Ekseption y Trace. Focus se daba el lujo de contar en su línea frontal con dos de los más grandes virtuosos del rock europeo: Thijs Van Leer, en la flauta y los teclados, y Jan Akkerman a la guitarra. En Francia se formaron Ange, Gong y Magma, entre otros; y Aphrodite’s Child, en Grecia, liderada por Vangelis.  Los países escandinavos también brindaron importantes aportes: Popol Vuh (Noruega), Kaipa (Suecia) y Wigwam (Finlandia). En Estados Unidos, para esa época, ya existían varias bandas de rock progresivo, siendo la más exitosa de ellas, Kansas (1971), que luego se convertiría en una de las de mayor éxito comercial, al igual que Electric Light Orchestra (1970), la cual cultivaba un ‘sonido Beatle’ con rostro progresivo. Otra banda importante de América del Norte es Rush, de Canadá.

Con el advenimiento del rock progresivo también cambiaría el concepto gráfico de las carátulas de los discos, pasando de la típica foto de la banda a la intencionalidad de sintonizar la imagen con el contenido musical.  En el pasado, pocas bandas, los Beatles y los Rolling Stones entre ellas, habían mostrado alguna preocupación por el nivel artístico de las carátulas de los discos. Entre los mejores ilustradores de carátulas podemos mencionar a Roger Dean, quien prácticamente se convertiría en una especie de miembro externo de Yes, llegando incluso a diseñar escenografías para los conciertos de la banda.


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