[Este artículo apareció en la revista Debates IESA, Volumen XVIII, Número 1, enero-marzo de 2013, en una versión editada.]
Para mi hijo Simón Odoardo
Historia de un minuto
Música siempre sobria, música no bailable, música no política, ni siquiera de rebelión ni de transgresión, el rock progresivo fue más bien un período de transición entre dos grandes momentos históricos para la música popular: el impacto político del 68 y el impacto social que produjo el Punk. Su época dorada finaliza a mediados de los setenta, y el comienzo de su decadencia coincide con el ascenso del Punk, del Disco y el resurgimiento de los tres famosos acordes básicos del Rock & Roll.
En la corte del rey Carmesí
[Donde se da debida cuenta de los orígenes]
Uno de los períodos más ricos y fructíferos de la música popular y del género del rock en particular, ocurrió entre finales de la década de los sesenta y la primera mitad de los setenta, en virtud de la fragmentación que experimentó el género en diversos y variados estilos, principalmente, hard rock, heavy metal, jazz rock, rock latino y rock progresivo. Tres factores importantes, entre otros, influyeron en la búsqueda de nuevos horizontes. El primero de ellos fue la aparición de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de los Beatles, un álbum que llevaría a muchos grupos a revisar su estética musical y desempeñaría un papel determinante en el inicio del declive del pop, en 1968. El segundo, el arribo de nuevas tecnologías como la aparición del mellotrón y del sintetizador (o Moog), desplazando a la guitarra eléctrica como el instrumento insignia del rock y multiplicando las posibilidades sonoras, ya que podían reproducir cualquier sonido y además podían ser programados para sonar como varios instrumentos. Finalmente, la aparición de los llamados álbumes conceptuales, como el ya mencionado Sgt. Pepper’s y Pet Sounds de los Beach Boys, que también influirían poderosamente en la evolución sonora y en la longitud de las canciones contenidas en un álbum.
El rock progresivo ha sido relegado, con mucha frecuencia, a unos muy breves párrafos en la mayoría de las historias acercas del rock, y considerado como un síntoma de los excesos de los sesenta en lugar de un género que merece un examen más profundo. Algunos estudiosos lo definen como una “música clásica alternativa” o avant-garde popular. Hablar de rock progresivo como género no es tan fácil debido a la complejidad y diversidad de estilos que componen tan vasto territorio. Su eclecticismo lo hace mucho más difícil de etiquetar, a diferencia de otros estilos de constitución más homogénea, como el reggae o el country-rock.
En general, se dio en llamar rock progresivo a una simbiosis entre formas clásicas, poesías fuera de lo común y el lenguaje sónico propio del rock, de donde surgió toda una pléyade de bandas dedicadas a expandir los límites tanto melódicos y armónicos, como rítmicos y tímbricos del género, incorporando con frecuencia elementos de la música académica, del jazz, del folk y otros estilos musicales. De allí que también se le denominara art-rock, rock sinfónico o rock clásico. Personalmente, pienso que es una percepción incorrecta cierta definición que pretende que el rock progresivo sea el intento de mezclar música clásica con rock, lo cual no termina siendo ni lo uno ni lo otro, como tampoco se puede catalogar como rock progresivo el contraste, en una grabación o en vivo, de una banda de rock con una orquesta sinfónica. Es mucho más que esa simple receta.
El rock progresivo fue un fenómeno musical esencialmente europeo, consecuencia de un proceso de expansión del llamado rock psicodélico de finales de los años sesenta, y la búsqueda de nuevos horizontes sonoros más allá de la secuencia armónica tónica-dominante-subdominante, la estructura basada en estrofa y estribillo, y la longitud de tres minutos propia de los discos de 45rpm. Sus elementos fundamentales son tres: (1) la suite, una pieza de extensa longitud con varios movimientos unidos entre sí; (2) el uso de los teclados en detrimento de la guitarra y la convivencia, en el mismo escenario, de instrumentos acústicos y eléctricos; y (3) textos de difícil digestión y comprensión, muchas veces de inspiración literaria, a veces de reflexión filosófica o en alusión a mundos fantásticos.
En cuanto a sus aspectos formales, la suite fue el primer elemento estilístico de importancia innovadora, la revolución que rompió con los sacrosantos límites del 45rpm y llevó a la composición de piezas cuya longitud podía ocupar la cara de un LP e incluso, ambas. Excepcionalmente, el discurso podía abarcar hasta cuatro caras, como es el caso de Tales from Topographic Oceans (1973), de la banda británica Yes.
En lo relativo al aspecto instrumental, el rock progresivo dispuso de toda una gama de teclados directamente evolucionados del legendario órgano Hammond, principalmente el mellotrón, y más tarde el sintetizador. Uno de sus rasgos más importantes fue el espacio concedido a la improvisación y al virtuosismo, aspectos más cercanos al jazz, que demandaban una mayor formación de los ejecutantes a nivel instrumental. Dos de sus mejores exponentes fueron Keith Emerson y Rick Wakeman, tecladistas que hicieron gala de sus dotes como integrantes de Emerson, Lake and Palmer y Yes, respectivamente, al igual que en sus trabajos como solistas. También se incorporó al arsenal cualquier instrumento que cada ejecutante pudiera tocar. Gentle Giant, otra banda británica, podía acumular en escena más de veinte instrumentos diferentes.
En cuanto al texto, éste podía abordar temas históricos, evangélicos, metafísicos, filosóficos o mitológicos, siempre alejándose de la hasta entonces recurrente temática del rock. Dos de sus principales bardos fueron los ingleses Peter Sindfield, quien escribiría la mayoría de los textos de los primeros trabajos de King Crimson y Peter Hammill, líder de Van der Graaf Generator. En muchos casos, un texto funcionaba como denominador común a todos los temas del álbum, razón por la cual muchos de estos discos fueron llamados «álbumes conceptuales». Dos importantes muestras de álbumes conceptuales, sin que por ello deban considerarse ejemplos de rock progresivo, las podemos hallar en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de los Beatles, Days of Future Passed, de Moody Blues, ambos de 1967, en los cuales un discurso literario corre como hilo conductor a través de todas las canciones. Otro álbum conceptual importante, y cuyo texto ocupa toda la extensión de ambas caras, es Thick as a Brick (1972), de Jethro Tull.
De Génesis a Revelaciones
[Donde se narra cómo empezó a forjarse y a expandirse todo]
Algunos expertos citan Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band como «punto de partida» del rock progresivo, si bien ya en álbumes anteriores, como Rubber Soul (1965) y Revolver (1966) los Beatles habían comenzado a incorporar elementos de música oriental e instrumentos poco comunes en el rock. Además, mucha música académica inspiró a su vez a otros compositores. Bajo el influjo de Maurice Ravel, Jeff Beck grabó su sencillo «Beck’s Bolero» (1967), y ese mismo año, Procol Harum grabó el sencillo «A Whiter Shade of Pale» influido notablemente por el segundo movimiento de la Suite Orquestal No. 3 en Re mayor de Johann Sebastian Bach; Moody Blues lanzó Days of Future Passed, el cual conjugó la estructura de canciones con la música orquestal y la instrumentación propia del rock; y la canción «Interstellar Overdrive» del primer álbum de Pink Floyd, The Piper at the Gates of Dawn (1967), hace gala de casi diez minutos de improvisación instrumental.
A finales de la década de los sesenta, numerosas bandas de rock comenzaron a experimentar con improvisaciones y composiciones más largas y a incorporar instrumentos convencionales de la orquesta sinfónica y de la música oriental. Algunas de estas bandas, como Soft Machine, comenzaron a hacer experimentos mezclando rock y jazz. Deep Purple y Nice, grabaron álbumes con orquestas sinfónicas: Concerto for Group and Orchestra y Five Bridges, respectivamente. Atom Heart Mother (1970) de Pink Floyd, también es una buena muestra de la mezcla de una banda de rock con orquesta y coros.
Gran parte de las primeras bandas del género provenían del Reino Unido y se conformaron a finales de los años sesenta: Genesis (1967), Nice (1967), Van der Graaf Generator (1967), Yes (1968), Caravan (1968), King Crimson (1969) y Gentle Giant (1969). Pero el género también fue creciendo y ganando popularidad en la Europa continental. En Alemania tuvo importantes representantes: Triumvirat, Tangerine Dream, Faust, Can y Neu. En Italia se formó también un importante grupo de bandas lideradas por Premiata Forneria Marconi, Banco del mutuo soccorso y Le Orme. Otras bandas italianas sobresalientes fueron New Trolls y Area. El escenario del rock holandés también tuvo destacadas bandas, siendo las más importantes Focus, Ekseption y Trace. Focus se daba el lujo de contar en su línea frontal con dos de los más grandes virtuosos del rock europeo: Thijs Van Leer, en la flauta y los teclados, y Jan Akkerman a la guitarra. En Francia se formaron Ange, Gong y Magma, entre otros; y Aphrodite’s Child, en Grecia, liderada por Vangelis. Los países escandinavos también brindaron importantes aportes: Popol Vuh (Noruega), Kaipa (Suecia) y Wigwam (Finlandia). En Estados Unidos, para esa época, ya existían varias bandas de rock progresivo, siendo la más exitosa de ellas, Kansas (1971), que luego se convertiría en una de las de mayor éxito comercial, al igual que Electric Light Orchestra (1970), la cual cultivaba un ‘sonido Beatle’ con rostro progresivo. Otra banda importante de América del Norte es Rush, de Canadá.
Con el advenimiento del rock progresivo también cambiaría el concepto gráfico de las carátulas de los discos, pasando de la típica foto de la banda a la intencionalidad de sintonizar la imagen con el contenido musical. En el pasado, pocas bandas, los Beatles y los Rolling Stones entre ellas, habían mostrado alguna preocupación por el nivel artístico de las carátulas de los discos. Entre los mejores ilustradores de carátulas podemos mencionar a Roger Dean, quien prácticamente se convertiría en una especie de miembro externo de Yes, llegando incluso a diseñar escenografías para los conciertos de la banda.
Excelente entrada maestro Carrillo… Referente al arte del diseño; algo parecido sucedió con Storm Thorgerson, quien diseñara las carátulas de Pink Floyd, dándole a la banda un sello personal que involucraba no solamente su música, sino todo un concepto de imagen.
Gracias por tu contribución, Juan Manuel. Habría que agregar que la imaginería en el universo del rock en cuanto a diseño gráfico y utilización de los recursos tecnológicos de grabación, no tienen paragón en la historia del disco.
Gracias de nuevo.
¡Qué de recuerdos y qué privilegio el haber vivido esa época extraordinaria de la historia del rock! Cómo olvidar el impacto de Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, el primer LP que compré a los catorce años y del cual llegué a tener tres copias porque siempre lo estropeaba de tanto ponerlo, o lo prestaba y no volvía a verlo.
El rock progresivo fue parte muy importante de la banda sonora de nuestras vidas, especialmente de aquellos que nacimos en la década de los 50 y crecimos escuchando en nuestra adolescencia y primera juventud a grupos fundamentales como Los Beatles, Rolling Stones, Jethro Tull, Emerson Lake & Palmer. Recuerdo también grabaciones legendarias del género como Viaje al centro de la Tierra y Las esposas de Enrique VIII, ambos de Rick Wakeman.
Gracias por compartir
J.de la F.
Corrección: En mi comentario escribí Sargent en el nombre del famoso LP de Los Beatles. La forma correcta es Sergeant.