En la lluviosa mañana del pasado domingo 3 de julio, el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela sirvió de escenario para que nuestro admirado y querido Inocente Carreño recibiera el cálido tributo que tuvimos el honor de prodigarle el Orfeón Universitario y nuestra rectora, la Dra. Cecilia García Arocha. Para todos nosotros fue una oportunidad más de vivir y compartir la extraordinaria experiencia de estar allí con una de las más importantes figuras del quehacer musical venezolano del siglo XX y lo que va del XXI; heredero de los más altos valores forjados en la cátedra de composición del maestro Vicente Emilio Sojo y último sobreviviente activo de varias generaciones de compositores egresados de la añeja Escuela de Música «José Ángel Lamas», nuestro más sagrado templo musical. Ese domingo, el Orfeón Universitario le regaló al maestro un ramillete de canciones corales y madrigales venezolanos que lo han acompañado a lo largo de su vida: obras de Vicente Emilio Sojo, Juan Bautista Plaza, Antonio Lauro, Antonio Estévez, Modesta Bor y Eduardo Plaza; así como también obras de su propia autoría, entre las cuales tuvimos el honor de estrenar dos: La fuente abandonada y El agua, con poesía de Fernando Paz Castillo y Manuel Felipe Rugeles, dos de nuestros más insignes poetas.
Luego llegaría el momento más emotivo: el maestro Carreño, con su paso parsimonioso pero seguro, subió al escenario del Aula Magna para honrarnos al dirigir cuatro obras del programa: Cántico, de su maestro Vicente Emilio Sojo; Allá va un encobijado, de su ya desaparecido amigo Antonio Lauro; y sus insoslayables Pregúntale a ese mar y Gota de breve rocío. Fue un momento realmente emocionante poder mirar desde el escenario a todo un público que, de pie, le prodigaba un prolongado aplauso al maestro Carreño. Entre amantes del madrigal venezolano y admiradores del maestro, que a pesar del improvisado lunes feriado acudieron a la cita, discurrió una hermosa y emotiva velada musical que concluyó con el escenario repleto de orfeonistas de todas las épocas para interpretar nuestro vibrante Himno Universitario.
Esta feliz reunión entre Carreño y las voces del Orfeón Universitario fue la excusa perfecta para evocar parte del invalorable tesoro musical que nos legaran aquellos insignes compositores, protagonistas importantes de una de las mejores horas de nuestra historia musical. Y también fue un entrañable encuentro con la historia, ya que el maestro Inocente Carreño está vinculado al Orfeón Universitario desde el momento de su fundación en 1943, en los solariegos espacios de la antigua sede de la Universidad Central de Venezuela, hoy Palacio de las Academias. Antonio Estévez, nuestro director fundador, recibiría en aquellos ya lejanos primeros ensayos la ayuda de dos de sus mejores colegas, Antonio Lauro e Inocente Carreño.
Han pasado ya sesenta y ocho años desde aquel entonces. El maestro tenía veintitrés años; hoy tiene noventa y uno. Todo un cúmulo de experiencias, anécdotas y vivencias que reparte a manos llenas con humildad, sabiduría y picardía. Con su profusa cabellera blanca y su parsimonioso andar, Inocente Carreño encarna ya una leyenda. Como tal, es y será un digno ejemplo a seguir, pocas veces emulado en nuestra historia musical pasada y reciente.
Fotografías: Diana Herrera Pinto
Qué importante es reconocer nuestra herencia, rendir homenaje en vida a quienes abrieron los caminos con tenacidad, constancia y capacidad creadora, como lo hizo y sigue haciendo el gran Maestro de maestros Inocente Carreño. Tuvimos la dicha de hacerle un reconocimiento en diciembre pasado, para el especial de Navidad de Cuentos de Camino en Onda la Superestación y fue una lección de vitalidad, frescura y honroso transitar por nuestra Venezuela, que tanto necesita de estos ejemplos.
Gracias a los organizadores y que se repitan los homenajes.
Abrazos maestro Carrillo
Qué alegría, saber de este tan merecido homenaje. De estar yo en mi tierra (Barquisimeto) de seguro que este pasado domingo, hubiese viajado hasta Caracas, para disfrutar y ovacionar este magnífico y merecido Homenaje. Recuerdo que un día en un festival coral en Barquisimeto, el Maestro Carreño me autografió una partitura de Pregúntale a ese mar, que desde ese día guardo con celo, y desde siempre la atesoro como una de mis canciones preferidas del repertorio coral venezolano de todos los tiempos.
Felicidades, por tan hermoso homenaje y bendiciones, para el maestro Carreño. Que viva, la música coral de Venezuela.
Desde Tenerife, reciban un cordial saludo.
Ciertamente la del domingo fue una mañana llena de hermosas vivencias, tanto en lo artístico como en lo humano.
El reencuentro con viejos amigos, algunos en el escenario, unos cuantos más en el público, el disfrutar de nuevo de ese hermoso repertorio y sobre todo compartirlo todo con el maestro Carreño, todo un ejemplo viviente de vitalidad, lucidez y buen humor, quien además nos sorprendió con una inesperada vena poética.
Mis felicitaciones al Orfeón de la UCV y a la Dra. García Arocha por rendirle en vida este tributo a un venezolano insigne.
Un cálido abrazo
Juan De Freitas
Hermosa reseña. Como integrante del Orfeón Universitario, estoy muy feliz por haber podido participar en tan hermosa velada y así poder recrear una vez más nuestra hermosa música. Aprovecho la oportunidad para felicitarte Cesar, y para expresarte nuestro profundo orgullo y admiración. Quizás no hayamos podido compartir con maestros de otras épocas que ya lamentablemente no están con nosotros físicamente, pero la vida nos ha regalado momentos inolvidables, y tenemos la dicha de tenerte entre nosotros. Esperemos que sea por muchos años más. Felicitaciones a ti y a Raúl López, nuestros maestros!
Carolina Barrios R.