Volver a Puerto Ordaz siempre se transforma en una experiencia llena de vivencias extraordinarias, comenzando por la contemplación del telúrico paisaje que surca los enérgicos ríos Orinoco y Caroní. Es una maravilla recorrer las calles y avenidas de esta ciudad, y poder constatar la concienzuda planificación urbana que le ha permitido crecer de una manera organizada y ordenada. Esta ciudad posee diversas universidades, siendo una de las más importantes la Universidad Nacional Experimental de Guayana, la cual alberga en su sede a una de las más interesantes agrupaciones musicales de la región, la Coral de la Universidad Experimental de Guayana (UNEG), conducida por la siempre entusiasta y emprendedora Irma Conchita Iorio. Ellos organizaron la realización del Taller «Conociendo la obra del Maestro César Alejandro Carrillo», llevado a cabo entre el 13 y el 15 de mayo, iniciativa que me honra al llevar mi nombre y me compromete como compositor y como director. Durante las sesiones de trabajo estudiamos y ensayamos las siguientes obras: Aguinaldo, O magnum mysterium, Oiga compae, Salve Regina y mi arreglo de El alcaraván, de Simón Díaz, uno de nuestros más importantes compositores populares. Como cierre del taller hemos realizado un concierto en las instalaciones del Ecomuseo, imponente edificio adosado a la colosal estructura de la represa Macagua II. Para mí ha sido una gratísima experiencia poder compartir durante tres días parte de mi música con el estupendo y ávido grupo de jóvenes que conforman la Coral UNEG, la cual se encuentra celebrando veintitrés años de existencia, y a la cual le auguro un porvenir repleto de éxitos. Vaya mi agradecimiento a todos y cada uno de sus integrantes, a su directora Irma Conchita Iorio y a los directores participantes, que con entusiasmo y deseos de aprender asistieron a estas tres intensas jornadas.
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