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A Carlos, Jesús, Fermín y Alfonso
Al aproximarse en el tren desde Madrid, lo primero que te invade a las afueras de Pamplona, es un inmenso y antiquísimo acueducto romano. Con esa bellísima imagen en la retina, al llegar a la estación, uno no puede sino pensar que todas las cosas en esa hermosa ciudad, fluirán de manera perfecta. Y así es. Mis amigos Carlos Gorricho e Imanol Erkizia me dieron la bienvenida para, en primera instancia, dar un paseo alrededor de las extensas murallas que rodean a la antigua y añeja Pamplona. O Iruña, como se diría en perfecto euskara. Carlos Gorricho es el muy diligente presidente de la Federación de Coros de Navarra, organización que alberga a más de cincuenta agrupaciones de la provincia de Navarra y sus alrededores. Y además, es un excelente anfitrión y organizador. De Pamplona, habría que agregar también que es una ciudad llena de gente amable y simpática que está pendiente de que uno se sienta y coma bien. Eso sí, Pamplona te recibe en esta época del año con una lluvia pertinaz. Famosa por sus Sanfermines, suficientemente espaciosa para albergar a sus poco más de trescientos mil habitantes y repleta de monumentos interesantes. Uno de ellos es su antigua y hermosa catedral, en honor de Santa María, construida durante los siglos XIV y XV, y cuyo actual maestro de capilla, don Aurelio Sagaseta —quien tiene ya casi cincuenta años al frente de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona— tuve el honor de conocer el día de mi llegada. El maestro Sagaseta, con baquiana experticia, nos dio un ilustradísimo paseo por los recovecos de la catedral, sorprendiéndonos a cada paso con las maravillas contenidas en este fabuloso recinto religioso y, con legítimo orgullo y bien pensado suspenso, nos preparó para el asalto final: el salón de ensayo de la Capilla, institución musical que data del siglo XIII y que alberga un invalorable archivo de música con obras hasta del siglo IX, además de contener toda la historia de la Capilla de Música. Luego de despedirnos del maestro Sagaseta, nos preparamos para disfrutar de lo que en Navarra es un acontecimiento social: la buena mesa. Pamplona está repleta de excelentes restaurantes con una oferta gastronómica de primer mundo y tenemos la fortuna de contar con un experto explorador en la materia: Jesús Arrastia. Al día siguiente, luego de un largo y merecido descanso, asistimos al Taller de Música Coral, evento anual que organiza la Federación de Coros de Navarra y que en esta ocasión congregó a más de sesenta participantes provenientes de diferentes lugares de la provincia y del Coro de la Federación, quien también lidera nuestro querido amigo Gorricho. En cuatro jornadas de trabajo, dos para el sábado 8 de mayo y dos para el domingo 9, transcurridas en la hermosa sede del Orfeón Pamplonés, institución que ya alcanza más de ciento cuarenta y cinco años, trabajamos las siguientes obras: O magnum mysterium (César Alejandro Carrillo), Encuentro (César Alejandro Carrillo y Fernando Paz Castillo), Alfonsina y el mar (Ariel Ramírez y Félix Luna, arr. Hugo César de la Vega) Corazón coraza (Beatriz Corona y Mario Benedetti) My Lord, What a Mourning (Negro spiritual, arr. William Levi Dawson) y San Juan to’ lo tiene (Eduardo Serrano, arr. César Alejandro Carrillo). Fue para mí, como para todos los entusiastas y ávidos participantes, una experiencia muy vital y enriquecedora, en un ambiente de cordial camaradería e impregnado siempre de buen humor. De ella me llevo un grato e inolvidable recuerdo, no sólo por las vivencias musicales sino también por la intensa relación establecida con Pamplona y con unos nuevos, inolvidables y entrañables amigos. ¡Hasta la próxima, Pamplona!
¡¡Querido y siempre admirado Amigo y Maestro!! Todas esas extraordinarias experiencias que estás viviendo son muy merecidas, no sólo por tus amplísimos conocimientos y experiencias en la música coral, sino también por tu calidad humana y sencillez, y que además las has compartido con nosotros, narrándolas tan exquisitamente, que… francamente, has hecho que me sintiera copartícipe de tan maravilloso paseo y posterior taller. Por un momento me sentí en Pamplona.
Gracias por compartir tus experiencias conmigo.
Te deseo sigas disfrutando un montón y dejando tan hermosa y fructífera huella.
Un abrazo muy grande.
Gladys
¡Muchas gracias, mi querida y siempre recordada alumna!
Finalmente podemos palpar tus experiencias fuera de casa.. Que grato saber que logras dejar huella imborrable en otras tierras…
Te abrazo..
Miguel Angel
Primo me alegra que te haya ido exelente (aunque no me sorprende). siempre estoy siguiendo tus logros,triunfos y todo lo que haces es un enorme orgullo y alegria ser parte de tu entorno. exitos!!!!!
Muchas gracias, primo!